
Salgo al balcón–pequeño barco de la imaginación–, donde veo la claridad del Mar agitado de White Sands y miro hacía las estrellas que corren.
Los días mas cómodos son aquellos días que invierto los minutos del tiempo que está transcurriendo, en el placer de leer un buen libro, me saca del mundo virtual y real.
Pero una sola parpadea en la soledad de la noche. Escribo estos párrafos que está leyendo y vuelvo y me encierro en el laberinto de la noche clara, aún con mis ojos cansados del día
Quizás te anime a leer: hoy es un buen día, para descubrir y tomar el arma de la poesía, y humedecerte un poco la ruda o agitada vida. Alejarse del trabajo y ponerlo para el lunes en la agenda.
Olvidarse un poco el mundo de Alofoke o La Perversa y entrar en el mundo de Juan Luis Guerra, bajo una lluvia de café en el campo o en la canción Ojalá, de Sonia Silvestre o en el mundo de Víctor Víctor y su mesita de noche.
Los fines de semanas siempre serán mejores aquellos que arrimamos el alma al viento y luego, soñamos a soñar oníricamente, escuchando la voz de Neptuno, que llega por debajo de las olas a CasaMar con sus pasos de sales, húmedos y entra por la puerta sin tocar ni pedir permiso…